Spelar via Spotify Spelar via YouTube
Hoppa till YouTube-video

Laddar spelare ...

Skrobbla från Spotify?

Anslut ditt Spotify-konto till ditt Last.fm-konto och skrobbla allt du lyssnar på från alla Spotify-appar på alla enheter eller plattformar.

Anslut till Spotify

Avvisa

Vill du inte se annonser? Uppgradera nu

Estereosexual

El reciente surgimiento y la multiplicación de grupillos simpatizantes de ideas de derecha han encendido debates que, aunque siempre han estado vigentes en el país del sagrado corazón, debieron haberse ya superado mediante el diálogo directo y un manejo político creativo con miras a la construcción social del bienestar de toda la población. Sin embargo la base social de Colombia, la juventud, ha adoptado en los últimos años una posición reaccionaria frente a la situación irremediablemente diversa que implica vivir.

Con argumentos históricamente desgastados, claramente monótonos y varias veces desmentidos mediante el continuo devenir de las ideas, señalan la diferencia y la tildan de antinatural, ignorando con esta conducta los sacrificios que nuestra especie ha hecho para abandonar su orgullo exacerbado e injustificado para conducirnos a la autocrítica y admirar el inapreciable valor de la vida. La juventud debería ser la causa de una renovación social dirigida a preservar ese fin, no la representación de la ranciedad y la podredumbre de una sociedad culturalmente estancada.

La promoción que los medios le han prestado a estos grupos ha evidenciado la desubicación en la cual se encuentra sumergida la juventud en este país. No andan valientemente hacia el frente, sino que se han dedicado a cultivar y alimentar cuanto miedo y cuanta fobia ha aparecido en el mundo para quebrar y hacer retroceder al espíritu humano. Entre tantos temores han adoptado uno que es especialmente ridículo: la homofobia.

Para condenar el homosexualismo, algunos acuden a argumentos que reafirman la mística autoridad de la iglesia católica, actualmente cuestionada a partir de los incontables escándalos de los cuales ha sido protagonista. Otros, más libres aunque igualmente dominados, alegan que dios prohíbe el homosexualismo; y otros, torpemente desafiantes, simplemente lo consideran un desorden de algún tipo y lo tildan de antinatural. Todos los justificantes de la promoción al odio de la población gay coinciden en un punto: todos son producto de la ignorancia y el miedo.

El homosexualismo no es el resultado de ningún tipo de desorden genético, social, sicológico, etc. como lo han hecho ver ciertos sectores, y las creencias religiosas de cada quien no tienen cabida en el debate de lo social y de lo público, en donde no se trata de imponer los derechos de las mayorías sobre el de las minorías, sino de la socialización de proyectos de más acogida para la preservación de los derechos de todos. Es por eso que es tan sorprendente la reacción de sectores juveniles -tristemente de derecha- que apelan a su derecho democrático de libre expresión y se indignan cuando se habla de respetar las voluntades de dos seres que se aman sólo porque son del mismo sexo. Pero he aquí una noticia, queridos niños, el homosexualismo es un fenómeno perfectamente normal.

El homosexualismo es producto, al igual que el derecho natural, de la naturaleza racional del ser humano. Algunos lo consideran antinatural porque en otras especies los individuos no mantienen relaciones homosexuales y hay quienes lo califican de contranatural porque no tiene como resultado el germen de un nuevo individuo y la continuación de la especie. El problema con los anteriores argumentos es que no tienen en cuenta que, a diferencia de las demás especies, el ser humano ha trascendido por medio del raciocinio la necesidad de mantener relaciones sexuales con el mero fin de reproducirse, reemplazando en algunos casos esa finalidad con el placer (yo no le veo nada de malo, la vida misma ha de ser placentera); mientras que al mismo tiempo el crecimiento de nuestro cerebro, la complejidad de nuestras sociedades y el desarrollo de nuestras culturas ha derivado en la creación de tipos y expresiones estéticas mucho más complejas que las de las demás especies, que resultan en deleites más avanzados, en algunos casos la preferencia por el queso emmental suizo sobre el roquefort (o como a mí que no me gusta el queso), y en otros casos el gusto de personas de un género por otras personas del mismo género. Natural.

La “tolerancia” ha sido el horrible producto de una sociedad interrumpida por la ignorancia. Siendo esto algo tan evidente, ¿Cómo es acaso posible que se hable de “tolerar” ciertas conductas como si tuvieran algo de malo? ¿Los homosexuales, quienes para algunos están “del otro lado”, entonces “toleran” el hecho de que los demás sean heterosexuales? Qué será después, ¿la gente a la que le gusta el queso “tolerando” a la que no le gusta? Ridículo.

Dejemos de “tolerar” y pensemos en “asumir” que vivimos juntos y que estamos vivos, y que los demás comparten con nosotros esa condición. Pensemos en continuar un mundo para todos, y no en marginar y en intentar eliminar lo que hemos hasta ahora construido por medio de las cosas que nos hacen seres humanos. Después de todo estamos vinculados en la misma tierra por antepasados comunes con todo lo que está vivo, y por esa misma razón estamos todos llamados a preservar para todos la justicia, la libertad y la vida, así que sean conscientes de eso.

Cualquier opinión será bienvenida.

Vill du inte se annonser? Uppgradera nu

API Calls