måndag 11 Maj 2009, 21:25
Sab 9 May – Ornette Coleman en Chile
Ornette Coleman nos visitó el pasado Sabado 9 de Mayo de 2009, y ya desde su pronta especulación, por allá en enero de mismo año, supe que sería un evento inolvidable al cual no debia faltar!, mi deuda con aquel músico es tan grande, que ni siquiera viéndolo en vivo la pude saldar, de hecho, se ha incrementado, que lejos estoy de poder agradecer a Ornette toda la visión de música que logró ampliarme.
A pesar de mi ubicación de 25 mil pesos (platea baja), pude disfrutar de todo el show como se debe, tenía a Ornette a algo asi como 20 metros y de frente hacia mi, pero bueno, vamonos a los detalles sabrosos del show!
Estipulado a las 9:00, el show comenzó con un impresentable y a la vez expectante retraso de 25 minutos, un Caupolicán al tercio de su capacidad esperaba impaciente, dentro hacia frio, circulaba el aire entre la platea, mientras llegaban padres con sus hijos, hermanos, esposos, amigos, novios y novias, gringos, gente de color, etc, lo primero que pensé fue lo espectacular que era saber que por un momento, todos nosotros tan evidentemente distintos, compartiéramos por esa noche aquella reunión mística.
De esa forma y ante ese marco de gente se presentó Ornette, las luces y la música de fondo (que a todo esto, nada sonaban a un free jazz, sino más bien a un smooth algo recatado) dieron paso a su figura menuda, se abre paso lento entre el hielo seco que cubre el escenario, mientras los otros tres músicos se adelantan a tomar sus posiciones mientras nos acompañan en los aplausos, sencillamente su presencia me dejó encandilado, aparece con su teñida Bluesman, acompañada de aquellos modales casi recortados, me da la sensación de un árbol cuyas ramas se mecen a merced del viento, pero que dentro de cada fibra contiene una energía mística voraz, depredadora.
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Coleman toma asiento y desarrolla su acto sentado, a su diesta se encuentra Tony Falanga al contrabajo, a su izquierda está All McDowell en bajo eléctrico y Denardo Coleman en baterias, juntos forman una alineación que se pasea por todo lo que es Coleman en esencia, reinterpretando toda su carrera de los últimos 50 años.
El liderazgo que ejerce el maestro no es tal, no hay de su parte un guión al cual todos deben atender, es por otro lado, un respeto innegable que sienten los demás hacia su figura, tanto Falanga como McDowell atendían con guiños su improvización, evocando un dialogo en el cual Ornette recreaba un monologo desde las más diversas posturas, muchas veces se ha dicho que su música (más aún, su interpretación), tiene la intención casi mimética de emular un lenguaje humano, más que una melodia improvizada, y es de verdad asi como se siente.
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Ornette y su saxo
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Ornette y su trompeta
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Ornette y su violín
El Desarrollo:
Presentados como músicos el cuarteto comenzó a explorarse, a desnudarse y comenzar a interpretar desde el desorden viejos clásicos como Turnaround (notable el juego de palmas que hizo Coleman, siempre llevando el ritmo a un tiempo impredecible!) hasta los roces con clásicos como Bach Prelude (presente en el disco Tone Dialing). Fueron estos temas los que reafirmaron mi certeza que Falanga es un gran contrabajista, capaz de guiar el sendero musical desde las perspectivas abismantes del "lenguaje" musical hasta mantener un pulso constante encuadrado en un "coloquio" en formato trio-núcleo, McDowell responde a su manera, con la dualidad de un guitarrista-bajista, recreando ambas técnicas en su improvización (slap, tapping y glissando), y quizás el más controvertido y polémico de la noche, Denardo Coleman, de su actuación he leído dos tipos de comentarios que son bastante distintos, y es que sucede que su sonido rozó a ratos un horizonte el cual nadie pensaba que podia aparecer dentro de un free jazz, una batería cargada vehemente de fuerza rock, muchas veces fuera de tono con lo que construían las partes melódicas en escena, pero a pesar de que en mucho del concierto sentí una cierta disonancia, logro encontrar una defensa a su actitud, y es que al igual que su padre hace ya tanto tiempo, y con títulos bastante "proféticos" como Free Jazz, The Shape of Jazz To Come, Change of the Century, Tomorrow Is the Question!, This Is Our Music (pfff, en fin!), Denardo busca un nuevo sonido, trasgredir de la manera más sincera y directa las fronteras de la música y del jazz precisamente, claro que muy a su modo, y que modo!.
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El cuarteto en acción
Bordeábamos la hora y media de show (les juro que las senti como veinte minutos), cuando ya nos dimos cuenta que todo estaba acabando, fue en ese momento que vimos como Ornette se alejaba de nosotros, su paso lento y encorvado, y ese ya mítico pork-pie hat que le ensombrecían el rostro, se desvanecían entre las cortinas negras del Teatro, mientras todos aplaudiamos de pie, al mágnifico talento que se habia desplegado con tanta honestidad frente a nosotros.
Pero volvió, y como para darme en el gusto, especialmente a mi, finalizó el show con la canción con la cual lo conocí, y con la que me fui adentrando en el free jazz, Loney Woman, el primer corte del Shape of Jazz, fue tan breve y tan solmene, tan desgarradora y cautivante, que no pudo sino levantarme y aplaudir esos 78 años de existencia, ese misticismo que logró sumarle al jazz, esa suma que es Ornette Coleman, y que en definitiva, perpetuan para siempre esa deuda que tendré con él.
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Que le dirá Falanga al oido de Ornette?
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Reverencia final
Fotos gentileza de Leitmotiv, pura buena onda para la Dani!
Saludos!
PS: Nos leemos en Brad Mehldau!